El ingenio humano al servicio de la diversión - historia de slots

Historia de primeras maquinas tragamonedas

Fue a finales del siglo XIX, cuando hizo su aparición la primera máquina de slots de la que se tiene registro en la historia, esta sería inventada en Estados Unidos, gracias a Charles Fey, un inmigrante alemán inventor de la primera máquina tragaperras automática. Gracias a ella hoy podemos disfrutar de los juegos de casino en línea, ya que es un juego muy demandado por los aficionados a estos y otro tipo de entretenimiento, como ruletas de cualquier clase o blackjack que consistía en tres rodillos y una palanca. Dicho artilugio le costaría a su inventor numerosas modificaciones hasta conseguir la "Liberty Bell" que representaba campanas, diamantes, herraduras, corazones y picas, símbolos de la libertad en Estados Unidos.

Fue considerada como la primera slots automática de la época, que daría inicio a todo lo que se desarrollaría después. Anteriormente a esta, existían otras tragamonedas, pero eran con cinco rodillos y diez cartas de póker en cada rodillo. El nombre de "slots" viene del inglés y significa "ranura", por la rendija para introducir las monedas.

Primeros creadores de la máquina de cinco rodillos

El primer prototipo fue creado por Sittman y Pitt, que con su ingenio consiguió que algo aparentemente tan poco sofisticado, se ganara la aceptación del público. Aunque ahora estemos acostumbrados a ver este tipo de juego online, dicho artefacto era totalmente manual, lo que quiere decir que tanto los premios como las monedas se entregaban en mano. A veces los premios eran simplemente unas monedas entregadas por el encargado del local. El objetivo de este juego consistía en formar una "escalera real". 

Primeras ubicaciones de las máquinas tragaperras

Popularmente llamados como juegos de mostrador que funcionaban con monedas y conocidos como "estimuladores del comercio", como su propio nombre indica, se colocaban en el mostrador de tiendas y bares, y la idea era que después de comprar el artículo deseado el cambio se usara para probar suerte en dichas máquinas, a veces apostando por un caramelo o un puro como premio.

El primer ingenio de este tipo sería el Guessing Bank, dicha máquina se jugaba con un centavo y sería ideado por Edward Mcloughlin en 1876 en Nueva York, el cual giraba al insertar la moneda deteniéndose en un número aleatorio. El cliente en cuestión apostaba a un cifra en concreto y si coincidía con el número dado por el artefacto conseguía dicho premio.

Sin embargo este dispositivo no fue muy popular hasta entrados en los finales de la década de 1880, después de este año se popularizó de manera notable. Paralelamente en Europa se desarrolló una variedad de estimuladores de comercio, pero no sería hasta que el inventor británico Anthony Harris creo una versión montada en la pared de uso general, que disponía de un dial giratorio, que acabó siendo la más popular. Cabe destacar que, a pesar de que dichos juegos estarían ya cerca de celebrar su bicentenario, no fue hasta el año de 1981 que estos juegos provocaron una fiebre entre los aficionados, que rompería todas las reglas, haciéndose muy populares entre toda la población.

Actualmente, el desarrollo tecnológico ha logrado la evolución de este sector hacia su digitalización, ofreciendo sus máquinas tragaperras en internet, a las que se puede acceder con cualquier dispositivo que tenga acceso a la red. Se puede acceder a estos de forma segura debido al soporte en uso de medios electrónicos del gobierno de España, que permite al usuario registrarse en dichas páginas y verificar sus datos de forma rápida y segura.

Hoy en día, el sector de los juegos de azar en España está en auge, tal como indican los informes trimestrales de la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego), que analiza los juegos más jugados por los usuarios y cuál ha sido el progreso de este sector, ofreciendo todos los detalles de forma transparente con los ciudadanos de nuestro país.

Como hemos podido ver, las máquinas tragaperras han pasado por muchos cambios desde finales del siglo XIX, donde nadie esperaba poder jugar desde un teléfono móvil sin la necesidad de moverse de casa. Sin duda, un avance muy impresionante.