Cómo funciona D'Alembert
Según la estrategia D'Alembert, en caso de ganancia es necesario aumentar la siguiente apuesta en una apuesta base, mientras que en caso de pérdida ocurre lo contrario, debe restar el importe equivalente a una apuesta base de la suma de la apuesta en la siguiente ronda del juego.
Se trata de un sistema de apuestas progresivo, dicho de otra manera, la apuesta del jugador crece y disminuye en las distintas situaciones del juego de forma aritmética con importes equivalentes a la apuesta base.
A diferencia del sistema progresivo Martingala, en el cual las apuestas se incrementan de forma geométrica, en la estrategia D'Alembert las fluctuaciones de los tamaños de la apuesta se producen más lentamente.
Dado que el saldo de juego se gasta más mesuradamente, en especial si se dan una serie de tiradas desafortunadas, se recomienda el sistema D'Alembert para todos los jugadores nuevos de la ruleta, ya que los posibles errores de principiante no resultarán tan caros si se usa este sistema.
También se recomienda el sistema D'Alembert para los jugadores sin experiencia, porque las normas son de una simplicidad obvia: como más simple sea la estrategia, más difícil será equivocarse.
D'Alembert VS Martingala - Comparación de sistemas de apuestas
La siguiente tabla permite comparar los sistemas de juego según D'Alembert y Martingala con los respectivos ejemplos del incremento de la apuesta en caso de una serie de tiradas desafortunadas:
Tirada | Apuesta | Total apostado |
1 | 1 / 1 | 1 / 1 |
2 | 2 / 2 | 3 / 3 |
3 | 3 / 4 | 6 / 7 |
4 | 4 / 8 | 10 / 15 |
5 | 5 / 16 | 15 / 31 |
6 | 6 / 32 | 21 / 63 |
7 | 7 / 64 | 28 / 127 |
En términos matemáticos, en esta tabla comparamos los gráficos de la progresión aritmética y geométrica. La diferencia se nota solo en la tercera tirada desafortunada: el jugador que sigue el sistema Martingala gasta una apuesta base más.
Sin embargo, con cada una de las siguientes tiradas desafortunadas, la diferencia de los costes de juego crece significativamente. Resulta difícil no verla: en una serie de 7 perdidas, el jugador que sigue el sistema D'Alembert gasta un total de 28 apuestas base y, en la siguiente tirada, la octava, al aumentar en una la siguiente apuesta base debe apostar 8 veces más el tamaño de la apuesta con la cual ha empezado el juego.
Para continuar jugando después de siete tiradas desafortunadas consecutivas, de esta manera, necesitará un saldo total de 36 (28 + 8) apuestas base iniciales.
Con el sistema Martingala, en la misma situación en la octava tirada necesitaría un fondo de 255 apuestas base, de las cuales 127 se gastarían en el juego y 128 en las apuestas.
El motivo es obvio: jugando según la estrategia Martingala, el jugador aspira a ganar todo el saldo perdido con una sola tirada. Y, cada vez, teniendo casi las mismas posibilidades de éxito, con tan solo una tirada exitosa puede salir ventajoso con su saldo anterior más una apuesta base, habiendo recuperado en un instante un importe perdido de tamaño considerable.
Al ganar la octava tirada, el jugador según D'Alembert recupera tan solo 8 de las 28 apuestas pérdidas y las reduce solo un cuarto, lo que representa la otra cara de la moneda de esta estrategia de costes menores.
Aquel que juegue a la ruleta según el sistema de apuestas D'Alembert no necesita un saldo de juego de grandes tamaños como se puede comprobar en los cálculos de la tabla anterior, es suficiente un banco de 36 apuestas base para sostener una serie de ocho tiradas desafortunadas consecutivas, lo que indudablemente significa una ventaja. Por supuesto, como más grande sea el saldo inicial del jugador en comparación a la apuesta base, mejor.
En relación a esto, los casinos virtuales ofrecen condiciones más ventajosas. Mientras que en los casinos físicos la apuesta media es de 10$ y de esta manera 36 apuestas bases suponen de media unos 360 dólares, en los grandes casinos virtuales se ofrecen apuestas análogas de 1$. Por tanto, con el mismo fondo financiero de 360 dólares, en Internet el jugador obtiene la posibilidad de jugar con un banco de juego que supera en dos ceros la apuesta base.
Otra ventaja aún más significativa de la estrategia de ruleta D'Alembert consiste en su relativamente menor dependencia del diapasón de apuestas, a menudo limitado por el casino. El mínimo y el máximo de apuestas para las probabilidades simples en cualquier mesa de juego normalmente varían entre 30-50 en los distintos establecimientos y con menos frecuencia se encuentran mesas con un diapasón de límites más amplio y ventajoso para el jugador.
Como demuestra la tabla y los ejemplos anteriores, jugando en una mesa de ruleta con unos límites de apuesta de entre 10$ y 500$, el jugador según el sistema Martingala ya en la sexta tirada tendría problemas con la apuesta a realizar, de 640$, que superaría el máximo permitido por las normas del casino.
Se puede decir que el jugador que se rige por la estrategia D'Alembert, en las mismas condiciones, tan solo en teoría podría tener problemas con el límite máximo, ya que jugando según D'Alembert podría necesitar una apuesta que supere el máximo exclusivamente en el extraño caso de 50 tiradas desafortunadas consecutivas.